Cuando estás triste, siempre llueve.

Llueve porque tú estás triste pequeña

miércoles, 11 de abril de 2012

¿Por mi? Como si fuera para siempre. 26#

Era una fría noche de miércoles, ya de vacaciones, no sabía que hacer y me puse el diario de Noa, tenía miedo, lo admito, de una manera o de otra todo me recordaba a tí, hasta el punto de echarte de menos de todas las formas, como si me faltara una parte con la que poder estar hablando horas y horas, me faltabas tú. Tengo que aceptar que solo me daba por pensar en que estarías o dejarías de estar haciendo, suponía que estabas pensando en mi, fuera como fuera sabía que seguías ahí. Seguí esperando, pensé que no ibas a volver, que te ibas a ir sin despedirte pero no, volviste, hiciste de una noche cualquiera, algo especial, algo impresionante ¿sabes? Tus te quieros, llegan, y llegan muy dentro, quizá diria yo o se podría decir que demasiado. Eres especial, por el mero echo de que es muy dificil hacerme reaccionar, y tú lo has conseguido. Recuerdo tu eres la ostia, o tu ¿me quieres? mucho, o el te echare de menos, pequeños detalles que marcan las diferencias. ¿Que tú seas diferente? Puede, bueno, no puede, estoy segura de ello.
Supongo que esto es lo que se siente cuando realmente quieres a alguien, y esa persona es capaz de ponerte nerviosa con tan solo sonreírte y saber que estará ahí por mucho tiempo.

lunes, 9 de abril de 2012

Que me engancho y me dan ganas de dar todo.


Le pedí que me bajara la luna, que me despertara cada mañana diciendome que me quería, o que simplemente me echaba de menos, que hiciera de cada noche, algo inolvidable, que me diera besos donde nadie lo hacía, que fuera capaz después de haber echado un polvo me mirara me dijera que me quería y que desgraciadamente era lo mejor que le había pasado en la vida. Yo no quise engancharme a él, sinceramente solo buscaba un puro entretenimiento, como siempre, pero es que fue el único que realmente hizo todo lo que le pedí. Pensé que no podía ser todo tan bonito, que era imposible, y decidí pedirle una última cosa, que fuera capaz de despertarse a mi lado, sonreírme y decirme que siempre sería su rubia favorita. Y si, lo hizo.
Que le quiero.