Hoy te echa de menos la tierra, y el aire te llora, mientras que el cielo te tiene en su poder. Hace tiempo que ya no estás, pero todo duele igual. Eras pequeña, muy pequeña. Tenías todo, todo por delante, tenías que aprender a caminar, tenías que aprender a llorar, tenías que caer y levantarte, incluso tenías que aprender a respirar, quizá ese fue el fallo. Quizá el fallo fue todo lo que dejaste por cumplir. Hoy, aquí, todos te echamos de menos, aquí lloramos cada día el no poder verte nada más levantarnos, el no poder ayudarte a sonreír, así como el no haberte podido enseñar a vivir, que no es fácil eso te lo aseguramos. Estoy completamente segura de que estés donde estés, el cielo te tiene, y te cuida, así como estoy segura de que eres feliz. Yo, hermana, te echo de menos, y cada día un poquito más. Te fuiste, y te fuiste de la peor manera posible, pero se que hoy te cuidan, te cuidan los ángeles, te cuidan bien y no sufres, aunque aquí todos sufrimos que no estés. Te echamos de menos pequeña, he de decirte que hay días que pienso en ti y casi me vuelvo loca por no saber qué hacer desde que no estás, llevas mi sangre y para mi nunca te fuiste pequeña. Yo sé que nos volveremos a encontrar, y que será para siempre, al igual que estoy segura de que cada día estás aquí cuidando de mi, y de todos. Quiero decirte que ya hace mucho que no estás, pero que jamás te vamos a olvidar.
Te quiero pequeña Andrea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario